Gender Budgeting

La herramienta ofrece orientaciones sobre cómo evaluar las desigualdades y las necesidades en materia de género en los programas de los Fondos Europeos. Ha sido diseñada para las autoridades de gestión y los Estados miembros de la UE a escala nacional y subnacional.

El análisis de género es la base para considerar de manera efectiva la igualdad de género a lo largo de todo el período de programación. Las evaluaciones de impacto de género buscan y emplean datos fiables para describir la situación actual de los grupos destinatarios. Estas evaluaciones detectan lagunas y desigualdades específicas, especialmente en relación con el desarrollo económico regional, la participación en el mercado de trabajo, el trabajo no remunerado, el apoyo a la mejora de la prestación de cuidados y las prácticas para mejorar la conciliación de la vida familiar y la vida profesional tanto de las mujeres como de los hombres. Las intervenciones relacionadas con las inversiones en infraestructuras o con sectores económicos específicos (como la pesca y la agricultura, etc.) son también ámbitos importantes donde se deben reducir las diferencias económicas entre mujeres y hombres.

En relación con los Fondos de la UE, el análisis por género es necesario para:

• Impulsar la estrategia dual de la igualdad de género: Según el enfoque dual adoptado por la Comisión Europea, las acciones especiales son una forma de abordar directamente las desigualdades existentes, mientras que la transversalidad de género es una estrategia a largo plazo para reforzar la formulación de políticas en materia de igualdad de género. También se pueden desarrollar proyectos específicos para reducir las diferencias de género y promover la igualdad. La desigualdad de género es un ámbito fundamental que han de abordar los Fondos de la UE. Un análisis socioeconómico por género determina las diferencias y las necesidades específicas de las mujeres y los hombres. Por lo tanto, es necesario informar y justificar las prioridades de los programas operativos. Deben utilizarse evaluaciones y análisis de género cuando se elaboren objetivos e indicadores en acuerdos de asociación, programas operativos y proyectos.
• Garantizar la calidad y la eficacia: Los Fondos de la UE han de utilizarse de la manera más eficaz posible para beneficiar a toda la población. Esto significa que, cuando se utilizan los Fondos de la UE para perseguir los objetivos estratégicos de la UE en materia de crecimiento económico, empleo e inclusión social, deben utilizarse simultáneamente para promover la igualdad de género y lograr mejores resultados para las mujeres y los hombres en toda su diversidad. Las evaluaciones de impacto de género formarán parte de las evaluaciones de referencia, los análisis socioeconómicos, el establecimiento de objetivos y los marcos de indicadores que sirven de base para la ejecución de los Fondos y que estructuran los procesos de seguimiento, evaluación e información de los Fondos de la UE. El análisis de las causas de las desigualdades permite establecer objetivos pertinentes en materia de género y desarrollar actividades que contribuyen a alcanzar los objetivos estratégicos generales.
• Dirigirse a los grupos desfavorecidos de mujeres y hombres: El análisis de género tiene en cuenta las diferentes experiencias de mujeres y hombres en función de sus diferentes características, como la edad, los ingresos, los niveles de pobreza, el entorno urbano o rural, las discapacidades, la raza o el origen étnico, etc. Este análisis «interseccional» de las características que afectan a la vida cotidiana de las mujeres y los hombres es esencial para entender las desigualdades. A su vez, esta comprensión resulta fundamental para diseñar programas y proyectos en el marco de los Fondos de la UE que respondan a estas diferencias y, de este modo, lograr resultados más eficaces.
• Responder a información local específica: El mercado de trabajo local es vital para facilitar información que ayude a la elaboración de los programas subnacionales y los proyectos locales. Esta información debe tener en cuenta las diferentes situaciones de las mujeres y los hombres en términos de distribución profesional y sectorial, la disponibilidad de servicios locales de atención a la infancia y otros servicios de asistencia social, el alcance del transporte integrado, la oferta de formación local y las deficiencias en el desarrollo de capacidades, la brecha salarial actual, la distribución del trabajo remunerado y no remunerado y la información procedente de estudios del uso del tiempo.