My personal story
R: I have noticed situations caused by dominance and sexism but…Maybe [because of] the education I got. My father was a republican and, in fact, feminist, both due to his ideology and his sensibilities. So he prevented me and my sister from being marked with earring holes when we were born. I don’t know other people who had that experience
(…)
R: So maybe I grew up with this…this way. I was never told that I couldn’t do something because I was a girl. In my family. So, while being so protected in that sense, it never occurred to me that I could be considered less than others. I got married when I was 22 years old. Since it didn’t seem to me that the rules of marriage fit with what I thought my personal and professional development should be, I got separated during the era of Francoism even without [the existence of] divorce legislation. I was the second person to get divorced in city A. The law was passed in March and in May I already had the legal sentence. With an agreement that I made with the attorney, since I had read the law
(…)
R: I mean that I didn’t get depressed, nor did it seem traumatic to me. The more you know of how society works…I assumed the role played by women in an intellectual and scientific way. I was able to rationalize [the divorce] so it didn’t affect me personally. Well, it didn’t….After this traumatic separation I developed a terrible somatic disease. But this happened because of the situation that all women experienced, not just me. In a society within which women had to assume that the man was the one in charge. And I didn’t have the right to work outside the city where he lived. Sure, it seemed to me such a stupid thing….I considered that unacceptable.
(…)
R: Then, I spent 7 years waiting to get divorced. I got separated in 75 and the divorce act was approved by the UCD [government] in 81. Those were years of waiting for a divorce that didn’t exist. And under Francoist laws, which could force me to give up my job. Just because I wanted to work and to live in a different city than the one my family house was in, the one belonging to the man [I had married]. Nothing happened, but legally I was in a very precarious situation
(…)
R: Divorce didn’t exist. And a woman…Women had some legal obligations that nowadays would be inconceivable. If at that point, in 1974, my husband called the police and asked for them to look for me at the place I had been hired in city A, where I was living on my own, I would have had to go and live with him again. If he had gone to the court and said that his wife was not living with him. Yes, and if at that moment they found me committing adultery I would go to prison, me and the man who would be called ‘the adulteress’ mail’. It was legally termed this way. Nothing would have happened to him but I could go to prison. This wasn’t the case, but it might have been. And in 1981 I got divorced, by mutual consent, and with a legal agreement
(...)
R: This was a very hard situation. At this point, I went to visit an attorney and said to him ‘I want to get separated’ and he said ‘why?’. ‘Because I want to’. He said ‘that doesn’t exist [here]. Do you think this is the USA?’. The legislation didn’t include that possibility. There had to be almost a criminal reason for women to get a legal separation. A very strong reason. It might have been a case of domestic violence that had been proven or…Very complicated. And after that, women had to ask for a marriage annulment. There were only religious marriages, there was no civil marriage.
(....)
R: I got really mad. I thought I would have to run away and be a refugee in another country
(…)
R: [I felt resistance]. Yes, this was…It was very hard. Even my parents found that people [that adhered to] order and ‘right-thinking’ stopped saying hello to them. You should bear in mind that in a small city in region A at that moment there might be [just] two or three girls that got separated. Two things were done to them. First, [they experienced] social segregation since they could be a bad example for other girls. Furthermore, there was a sense of misfortune, of someone who is incapable of solving her problems with docility. (…)
It seemed unacceptable to me! Why on earth should I obey what someone else said in order to work or fulfill my aims! Come on! This didn’t make any sense.
(…)
R: [I found allies] at home. In my family. A full alliance.
(…)
R: [The education I got from my family] was crucial. My mother was a teacher. So she is a woman who always had clear that she wanted to study, with a very strong personality. She wanted to escape an environment where her only future was to get married. She was economically independent and she knew for sure that this was a mechanism to assure her self-esteem and a way to be an autonomous person. She got married late and my father was that way too. He was rather old to get married too. In that sense, I think I come from a peculiar couple (…)
R: Besides, I was lucky that in city B I was in touch with other women who were peculiar too. Some of them agreed with the social norms in regards to marriage. Others didn’t. So they stayed single since they didn’t want to accept that they had to build their lives in dependence on a man.
Spanish
R: Creo que va a dar muy mal resultado porque como yo fui educada en el combate pues entonces...No puedo ofrecerte un relato genérico, novelizado de mi vida. Es la lucha diaria desde que me levanto y salgo de casa. Desde que tengo conciencia, cualquier cosa que me pareciera que no se correspondía, o que era una minusvaloración mía por ser mujer pues la enfrenté.
I: En qué tipo de situaciones se consideró minusvalorada?
R: En ninguna, yo no me dejé minusvalorar. Noté situaciones que se producían como fruto de un dominio y de un machismo imperante pero...A lo mejor por la educación que recibí. Mi padre era republicano y de facto feminista, pero tanto por ideología como por sensibilidad. Entonces impidió que a mi hermana y a mí nos marcaran de nacimiento con agujeros en las orejas. No conozco otras personas de mi generación que les pasara eso. Dijo que a la gente no había que marcarla. Y si de mayor por coquetería queríamos llevar pendientes con orejas agujereadas que lo hiciéramos nosotras. Entonces a lo mejor ya crecí con ese...de esa manera. A mi nunca se me dijo esto no lo puedes hacer por ser mujer. En mi ámbito familiar. Y estando tan amparada y protegida desde esa manera pues nunca se me ocurrió que podía asumir ser minusvalorada. Me casé a los 22 años y como no pareció que las reglas del matrimonio se correspondían con lo que yo entendía que debía ser mi ejercicio personal y profesional me separé en pleno franquismo y sin ley del divorcio por el medio. Fui l asegunda persona que consiguió el divorcio en la cuidad A. Salió la ley como en el mes de marzo y en el mes de mayo yo ya tenía sentencia. Con un convenio que hice de acuerdo con el propio abogado porque me leí la ley. Entonces si te voy a relatar cosas que parece que son éxitos de combate, que no es ninguno, porque yo ni cambié nada la situación relativa, mía personal por el hecho de ser mujer, sino que me tuve que meter a la fuerza como cualquier persona que se socializa en un dominio determinado. Otro es el combate diario, que soy de esa manera. Si voy a un sitio y la pregunta o la respuesta que me dan a respecto de una situación no me parece aceptable lo combato con la palabra.
(…)
Quiero decir que nunca me deprimí, ni me pareció traumático. Precisamente cuanto más conocimiento tienes de como funciona la sociedad...Asumí de forma también de forma intelectualizada y científica el papel que cumplimos las mujeres. Y tengo una perspectiva que gracias a la racionalización no me afectó personalmente. Bueno, no me afectó personalmente... Después de esa separación traumática somaticé una buena enfermedad. Pero eso creo que pasaba por la situación que tenía no yo si no todas las mujeres en una sociedad en la que había que asumir que el que mandaba era el hombre, y yo no tenía derecho a trabajar fuera del lugar donde vivía él. Claro, me parecía un disparate de tal envergadura...Eso no es aceptable para mí.
I: Se refiere al proceso de divorcio?
R. Es que de aquella pasé 7 años esperando por el divorcio. Yo me separo en el año 75 y en el 81 se firma por UCD la ley del divorcio. Fueron años esperando por un divorcio que no existía. Y sometida a le ejecución de leyes franquistas que me podían obligar a dejar mi trabajo. Porque me daba la gana de trabajar y residir fuera de donde estaba establecido el domicilio familiar que era el del hombre. No llegó a pasar nada de eso pero estaba en una situación totalmente precaria desde el punto de vista legal.
I: En ese momento como se sintió?
R: Totalmente enloquecida. Pensé que tenía que escarparme a exiliarme a cualquier otro país.
I: Experimentó resistencias de personas de su entorno?
R: Sí, eso fue...Fue muy duro. Incluso a mis padres la gente de buen pensar y de orden le retiraba el saludo. Date cuenta que en una pequeña cuidad de la región A de aquel momento podía haber tres o cuatro chicas separas. Eran objeto de dos cosas. Una de segregación social porque podían ser un mal ejemplo para las mujeres sumisas. Y otra, pues la constatación de una desgracia. De alguien que no sabe resolver en condiciones de sumisión sus problemas.
I: Sintió la presión social?
R: Ya te digo que somaticé el problema. Creo que eso me eliminó el problema de sentir la presión social porque tenía que echarlo a la espalda. Me importaba poco.
I. Por qué cree que rompió un poco el molde o el estereotipo de lo que se esperaba de usted?
R: Porque me parecía inaceptable! Cómo iba a tener yo que someterme a lo que me dijera alguien para trabajar o para realizarme! Es que vamos! Era absolutamente absurdo.
I: Encontró aliados algún elemento que le ayudara?
R. Sí, en mi casa. En mi familia. Una alianza total.
I: Percibe que la educación que recibió de su familia...
R: Eso fue fundamental. Mi madre era maestra. Entonces también es una mujer que tuvo muy claro siempre, con una personalidad muy fuerte, desde muy pequeña que ella quería estudiar. Y salir del medio de pensar que el único futuro que tenía era el matrimonio. Ella tenía independencia económica y sabía seguro que eso era un mecanismo de garantizar una autoestima y una presencia como persona totalmente autónoma. Se casó tarde y mi padre era una persona de esas características. Mayor también para casarse. En ese caso considero que soy fruto de una pareja singular.
I: Se considera usted una mujer excepcional con respecto a su generación con respecto a esas actitudes?
R: No puedo usar la palabra excepcional porque sería soberbioso. Pero singular sí. Luego tuve la suerte que el medio en el que me relacioné con mujeres de mi edad en cuidad B pues tenían también unas características singulares. Unas aceptaron totalmente lo que son las normas sociales de conducta respecto del matrimonio. Otras no. Y permanecieron solteras porque no querían aceptar pensar que tenían que construir una vida siempre al rabo de un hombre. Pasando por eso. A lo mejor es una postura que podía tener sus partes positivas y negativas. Pero tomaban esa actitud, entonces eso significaba un amparo de comprensión de personas muy inteligentes. Y sigo teniendo relación y amistad con ellas, desde los 10 años.
(...)
Tienes que poner separación. No existía el divorcio. Y la mujer...Teníamos desde el punto de vista de las leyes obligaciones que ahora serían inconcebibles. Si en aquel momento, año 74, el marido de aquel momento manda a la guardia civil a buscarme al domicilio que tenía alquilado aquí en cuidad B, donde estaba viviendo sola y trabajando en la universidad, tengo que ir y vivir con él. Va al juez y dice mi mujer no vive conmigo en casa. Sí, y si en ese momento me cogen in fraganti además en adulterio voy a la cárcel yo y lo que se llama correo de la adúltera. Se llamaba en leyes. A el no le pasaba nada pero podía acabar en la cárcel. No era el caso, pero podía serlo. En el 81 me divorcié, en aquel momento ya de mutuo acuerdo, y con un convenio regulador del divorcio. (...)
Fue una situación muy difícil. En aquel momento fui al abogado y le dije 'yo quiero separarme' y me dijo '¿y por qué?. 'Porque me da la gana'. Dijo 'eso no existe. ¿tú crees que estás en América?'. La ley no contemplaba esa posibilidad. Tenía que haber un motivo casi penal y las mujeres que conseguían la separación legal, que yo no lo intenté, era por un motivo muy duro. Podía ser de malos tratos demostrados o bueno...muy complicado. Y a continuación pedían la nulidad del matrimonio. Que el matrimonio era sólo religioso, no existía otro.
Gender did matter